El desafío que nos proponemos desde el Programa “Apropiación Social del Patrimonio en la Escuela” es construir, junto a docentes y alumnos, diferentes maneras de conocer, valorar y generar nuevas actitudes hacia los bienes naturales y culturales que posibiliten una mejor calidad de vida.
Partimos de la definición aportada por UNESCO en el 2005 que entiende al patrimonio como “el legado que recibimos del pasado, lo que vivimos en el presente y lo que transmitimos a las futuras generaciones, constituyendo en definitiva nuestra identidad”.
Así, el concepto de patrimonio tiene una mirada dinámica y amplia generada a partir de una visión totalizadora. Su valoración supone una construcción social y, por lo tanto, relativa a cada cultura.
A partir del reconocimiento patrimonial, podemos descubrir y valorar nuestra identidad y promover una mejor calidad de vida, contemplando nuestras raíces y todo lo que nos vincula como sociedad.
Dado que todos somos productores de patrimonio, valorarlo implica una actitud ética que traduzca los cambios en nuevas oportunidades para el progreso común. Por ello, es fundamental una adecuada formación que propicie actitudes participacionistas.