“Toussaint Breda impronta de un niño esclavo”
Toussaint según investigaciones nació el 20 de mayo de 1743, en una plantación en Breda Haití. Era hijo de una pareja de negros pertenecientes a la misma tribu africana y nieto se cree de uno de los reyes guerreros de una tribu africana.
Como era costumbre de su época, a los esclavos, se les imponía el apellido del amo o el nombre de la plantación a la que pertenecía, por lo que durante los primeros 50 años de vida se le denominó Toussaint Breda.
De niño fue encomendado a cuidar los rebaños de cabras y ovejas por lo tanto este sería su primer trabajo. Dentro de sus preferencias daba mayor cuidado a los caballos, ello le permitió a los doce años de edad ser un experto jinete, destreza que le serviría a lo largo de toda su vida.
Viendo sus cualidades en el tratamiento a los animales su amo se fijó en él y le encargó a los veinte años de edad el cuidado y la mantención del mobiliario como jefe de personal y lo designó cochero.
A diferencia de la suerte de la mayoría de los esclavos, fue gracias a su padrino, un viejo liberto Simón Baptista, quien era considerado por los esclavos un sabio, que aprendió a leer y escribir en francés, esta realidad le abrió las puertas a la lectura de pensadores iluministas entre otros.
Tenía una profunda religiosidad, situación que lo vinculo con un sacerdote amigo quien le enseño una base de latín y por medio del cual conoció una obra que lo impactará en sus años de juventud.
En esta obra se relataba una profecía, según la cual, algún día los esclavos negros encontrarían en uno de ellos al jefe que los conduciría a la libertad. A partir de entonces el se sintió como un elegido.
El acceso a la lectura le amplió su mirada social, cultural, política, económica y militar. Respecto a su vida privada se sabe que se casó con Suzanne Simón con quien vivió durante más de treinta años.
“La sociedad haitiana en tiempos de la colonia”
El comercio de esclavos implicaba la compra y venta de seres humanos considerados como mercancía. Totalmente despojados de sus derechos eran trasladados desde el África hacia diversos destinos en todo el mundo.
En los campamentos de trabajos forzados haitianos, los esclavos, que vivían en terribles condiciones, conformaban el 87% de la población. Debían dormir en galpones que parecían establos. Día y noche se encontraban custodiados por guardias armados quienes los obligaban a trabajar en condiciones de extremo rigor.
Por otro lado la sociedad haitiana contaba con aproximadamente 20.000 hacendados, hijos de la aristocracia francesa parasitaria, dependientes al extremo según sus costumbres del servicio que le proveía la esclavitud, ya sea para vestirse, preparar sus comidas, servir en la mesa o enriquecerse necesitaban esclavos, éstos estaban a cargo de capataces en las haciendas.
La concepción de superioridad del amo blanco sobre los negros esclavos permitía todo tipo de abusos. A los esclavos les daban latigazos por los supuestos errores que cometían, no se les permitía comer de las cosechas, y consideraban a sus hijos como esclavos heredados en las plantaciones.
Por lo tanto, los esclavos no fueron considerados como parte de esa sociedad, dividida en marcadas jerarquías.
Por un lado se hallaban los grandes blancos, esta era una casta integrada por los plantadores poseedores de grandes plantaciones, los grandes comerciantes dedicados a la exportación, los traficantes de esclavos, la burguesía marítima de origen metropolitana, y funcionarios de la burocracia de alto rango.
Los pequeños blancos conformada por artesanos, obreros especializados, propietarios de pequeñas plantaciones, medianos comerciantes e industriales, clérigos gente humilde en general, vagabundos, y reos de toda clase y nacionalidad ninguno de los cuales realizaba trabajos que pudieran realizar los negros. Debido a que en la colonia el color de la piel era un elemento esencial que les confería autoridad.
Una minoría de los haitianos eran mulatos, quienes estaban destinados a las labores domésticas y artesanales y, la masa fundamental, era utilizada en el trabajo agrícola e industrial en las plantaciones siendo el principal fundamento de la economía colonial.
“La codiciada tierra de Saint Domingue”
A finales del siglo XVI España perdía el control de los mares y crecían las fuerzas francesas, holandesas y británicas. Este marco posibilitó que los corsarios y piratas se lanzaran sobre las colonias débiles tales como las de Santo Domingo.
Para mediados del siglo XVII los colonos franceses ocuparon la isla de Tortuga de la costa del norte de la Hispaniola y la corona francesa posteriormente comenzó a tomar la costa norte de la actual Haití.
Hacia el 1700 el Rey español había abandonado el control de la parte occidental de Hispaniola al dominio francés. El establecimiento francés estaba al principio conocido como Sainte-Dominigue pero el nombre Haití fue adoptado posteriormente basándose en el nombre nativo que significaba montañoso.
Durante el siglo XVIII la colonia francesa desarrollo un gran crecimiento y prosperidad. Antes la Revolución Francesa Haití producía más que la mitad de todo el café que se desarrollaba en el mundo y producía el 40 por ciento del azúcar para Francia y Gran Bretaña al mismo tiempo representaba para Francia el principal ingreso en un momento en que Francia era la economía dominante de Europa.
Este posicionamiento como uno de los enclaves coloniales y económicos más importantes del mundo la hacía una zona codiciada por todas las potencias de aquella época, que trataron por todos los medio de apoderarsela.
En pleno contexto de afianzamiento de las potencias internacionales, este dominio colonial vivenció la intervención militar de España e Inglaterra y, que el tercer presidente de Norteamérica Thomas Jefferson le plantease al embajador francés la conveniencia de gobernar Santo domingo, bajo el triple protectorado de Francia, Inglaterra y Estados Unidos.
“L'Ouverture de esclavo a símbolo de la lucha por la libertad”
En 1793, los representantes del nuevo gobierno revolucionario francés en París decidieron devolverles la libertad a los esclavos, quienes se aliaron con ellos en la lucha contra los contrarrevolucionarios e invasores extranjeros.
Al año siguiente, la legislación revolucionaria en París ratificó estas órdenes imponiendo la abolición de la esclavitud sobre todos los dominios del territorio francés. Eso significó un factor determinante en la decisión de Toussaint de aliarse con el ejército francés. Bajo su liderazgo los franceses vencieron a los ingleses y españoles.
Una vez obtenida la gobernación de la isla, Toussaint no creía conveniente someter el poder a la órbita de París y gobernó Santo-Domingo como un territorio autónomo.
En 1801, el líder haitiano, propuso una constitución por la Isla, la cual establecía una autonomía y le daba a Toussaint el título de gobernador vitalicio. Ésta abolía la esclavitud y pretendía crear una sociedad integrada por blancos y mulatos.
Cuando Napoleón Bonaparte tomó el poder en Francia, pretendió que las colonias del Caribe volvieran a su estatuto de colonia de plantación y recuperaran su situación anterior. En 1802, mandó una expedición de soldados franceses a la isla, bajo la autoridad de Charles Leclerc con fin de restablecer la autoridad francesa y la esclavitud. Lecler arrestó a Toussaint y le deportó a Francia donde fue encarcelado en el Fort de Joux y murió el 7 de abril de 1803.
Lograr nuevamente la independencia llevó meses estando la isla bajo el mando de Napoleón. Pero los soldados franceses fueron derrotados por las armas y las enfermedades y tuvieron que rendirse en noviembre de 1803.
El 1 de enero de 1804 la colonia volvió a ser la primera República negra y obtuvo el nombre de Haití.
Louverture, propició el desarrollo del pensamiento antiesclavista y descolonizador, dio importancia a la educación, organizó la instrucción pública según el sistema louverturiano que implicaba llevar el silabario por todo el campo, creando escuelas en todos los talleres y en las principales villas.
En materia de justicia social, innovó a favor de los pobres y los bastardos, prohibiendo la desheredación.
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