A mediados de febrero de 1812, Belgrano instaló en Rosario dos baterías de artillería a efectos de impedir el paso de los navíos realistas por el río Paraná. Denominó a los dos campamentos Libertad e Independencia, respectivamente.
Manuel Belgrano se dirigió por nota a los miembros del Triunvirato, sugiriéndoles que establecieran la escarapela nacional que debían utilizar las tropas. Le respondieron que la escarapela debía ser de dos colores, blanco y azul celeste.
En el momento de inaugurar la batería Libertad, el 27 de febrero de 1812, Belgrano presentó a sus tropas una bandera confeccionada por María Catalina Echavarría de Vidal, que tenía dos paños verticales, uno blanco –del lado del asta- y otro celeste. Mientras flameaba la bandera, arengó a sus soldados diciendo que: “… la América del Sud será el templo de la Independencia y de la Libertad…”
Los miembros del Triunvirato desautorizaron el acto de Belgrano porque comprometía la política prudente que el Ejecutivo sostenía respecto a la declaración de la independencia del país.
Desconociendo la oposición del gobierno, Belgrano marchó al norte con sus tropas y se hizo cargo del ejército. El 25 de mayo de 1812, aniversario de la Revolución, hizo bendecir y jurar en Jujuy la bandera celeste y blanca.
Será el Congreso de Tucumán quien apruebe oficialmente en 1816 el pabellón nacional.