Luego de la Revolución de Mayo y en vistas de mantener la integridad territorial heredada de la colonia hubo que vencer, al mismo tiempo, dificultades internas e internacionales.
Los habitantes del Virreinato del Río de la Plata no habían tenido experiencia en el arte de la guerra más allá de los enfrentamientos contra los británicos durante el curso de las invasiones inglesas en 1806 y 1807. El litoral, mejor dicho Buenos Aires, recogió útiles enseñanzas, pero no las suficientes como para formar ejércitos de línea disciplinados, bien preparados, con oficialidad aleccionada en la guerra regular.
La acción militar por la independencia se inició con la expedición a las provincias del Norte, que llegaría hasta el límite del Virreinato, de acuerdo con la petición popular del 25 de mayo de 1810.