60° aniversario
del Primer Congreso Nacional de Filosofía
Mendoza, 30 de marzo - 9 de abril 1949
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Facsímil de las Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía editado por la Universidad Nacional de Cuyo en 1950. |
Durante el transcurso del año 1947, la Universidad Nacional de Cuyo convocó al “Primer Congreso Argentino de Filosofía”. Sería el primero de esa índole realizado en Hispanoamérica luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial.
El horror de la guerra había puesto en crisis las concepciones acerca del hombre y el mundo, el pensamiento religioso, el quehacer científico, los modos de organización social, la moral y la ética. Era menester revisar, afirmar o reformular los planteos filosóficos considerados ciertos hasta entonces.
El 20 de abril de 1948, un decreto, firmado por el Presidente de la Nación Argentina Juan Domingo Perón, el Ministro de Justicia Belisario Gache Pirán y el Ministro de Educación Oscar Ivanissevich estableció que, en virtud de “[...] la trascendental importancia que asumirán sus deliberaciones en el movimiento cultural de la Nación [...]” y teniendo en cuenta que su temario “[...] relativo a la persona, educación y convivencia humanas reviste un interés capital para la doctrina nacional”, otorgaba carácter de nacional al Congreso, el que en adelante pasaría a denominarse Primer Congreso Nacional de Filosofía.
La convención se celebró en Mendoza entre el miércoles 30 de marzo y el sábado 9 de abril de 1949 con la participación de intelectuales argentinos e internacionales. Contó con la presencia de Hans Georg Gadamer, Francisco Miró Quesada, Gabriel Marcel, Kelmut Kunh, Benedeto Croce, Julián Marías, Octavio Nicolás Derisi, entre otros.
El Congreso Nacional de Filosofía fue desarrollado en el contexto de la posguerra y en un marco nacional de profundos cambios económicos y sociales, situación que influyó para que, durante las sesiones, se debatieran temáticas como la filosofía en la vida del espíritu, la persona humana, el existencialismo, la filosofía contemporánea, lógica y gnoseología, axiología y ética, filosofía de la historia, cultura y sociedad, filosofía de la educación, derecho y política, relación entre poder temporal y poder espiritual y filosofía argentina y americana.
Asimismo, en el curso de las sesiones, fue madurando la idea de crear una Oficina Nacional de Información Filosófica, un Centro de Altos Estudios Filosóficos y una Junta Permanente de Congresos Nacionales de Filosofía.
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El Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, cerró las sesiones del Congreso Nacional de Filosofía. |
Durante la sesión de clausura del Congreso, que se llevó a cabo en el Teatro Independencia, el Presidente Juan Domingo Perón, pronunció una conferencia en la que presentó los fundamentos filosóficos de la doctrina nacional de la tercera posición, base de la acción política llevada adelante por el Movimiento Nacional Justicialista. Concluía su alocución planteando: “Nuestra comunidad tenderá a ser de hombres y no de bestias. Nuestra disciplina tiende a ser conocimiento, busca ser cultura. Nuestra libertad, coexistencia de las libertades que procede de una ética para la que el bien general se halla siempre vivo, presente, indeclinable. El progreso social no debe mendigar ni asesinar, sino realizarse por la conciencia plena de su inexorabilidad. La náusea está desterrada de este mundo, que podrá parecer ideal, pero que es en nosotros un convencimiento de cosa realizable. Esta comunidad que persigue fines espirituales y materiales, que tiende a superarse, que anhela mejorar y ser más justa, más buena y más feliz, en la que el individuo puede realizarse y realizarla simultáneamente, dará al hombre futuro la bienvenida [...]”.
El 13 de abril, en el Teatro Colón de Buenos Aires, las Universidades Argentinas homenajearon a los intelectuales extranjeros que habían participado del Congreso Nacional de Filosofía haciéndoles entrega del título de Miembros Honorarios de la Universidad Argentina.
Transcurrieron sesenta años desde que filósofos de distintas partes del mundo se reunieron a pensar en el porvenir. Hoy, ante similares problemas, la Argentina -más precisamente, la ciudad de La Plata- vuelve a ser sede de una reunión de filósofos que tendrán la tarea de elaborar y reflexionar acerca de los interrogantes del futuro. No ya en el contexto de una post-guerra, pero sí en el contexto de un extraordinario avance de la ciencia, y de la consolidación de sistemas políticos y económicos que obligan a un replanteo que permita adecuar los argumentos que los pensadores han brindado generosamente en otro tiempo, por nuevas respuestas que permitan distinguir el nuevo paradigma de la época.