Buenos Aires Provincia
José Julián Martí
Fidel Castro Ruz
Ernesto Guevara de la Serna


“Para ser caritativo se necesita haber sido infortunado”


Formación y pensamiento de Martí

“Viví en el monstruo y le conozco las entrañas”

“Es tan bella mi Carmen”


“Para ser caritativo se necesita haber sido infortunado”

Hijo del matrimonio del soldado español alistado en las filas del rey Mariano Martí y de la joven canaria Leonor Pérez, José Julián Martí nació en Cuba el 28 de Enero de 1853, sería el mayor y único varón de los ocho hijos del matrimonio.

El hogar se caracterizaba por el orden impuesto por su padre, un hombre con un carácter rudo, tal vez  por su formación militar. Escribió sobre su infancia en más de una oportunidad “las rudezas de voz, esos atrevimientos de la mano, esos alardes de la fuerza”. Si bien hizo referencia a la personalidad de su padre, lo respetaba profundamente, y a lo largo de su vida la impronta de la lucha lo llevará años más tarde al frente del Movimiento Revolucionario Cubano.

La realidad económica de la familia se caracterizaba por la escasez de recursos, la noticia de una pequeña herencia llevó a Mariano Martí y a su familia a España, donde permanecerían entre 1857 y 1859, pero al regresar el dinero heredado no representarían un progreso notable, por lo que la educación del niño conllevaría un gran esfuerzo.

Inicia su formación escolar en las cercanías al barrio, luego pasó al colegio San Anacleto. Con ocho años de edad vivió con su padre al Sur de la provincia de Matanzas, quien era encargado de impedir el desembarco de esclavos. La realidad de violencia y opresión que se veía allí lo llevó a escribir los primeros versos sobre la injusticia, y marcaron su pensamiento y sentimientos.

A los nueve años se dejan ver en Martí sus sobresalientes calificaciones, por su desempeño, y el padre lo envía a perfeccionarse en inglés.
Para 1862 venden las dos casas que poseían y se inician en el negocio de las canteras pero no tendrán éxito.

Un papel fundamental en las posibilidades de estudio se da a partir de conocer a quien sería como un padre para el joven, su mentor, el maestro Rafael Mendive, en la Escuela Superior Municipal de Varones. Posteriormente, sería quien costearía sus estudios secundarios en el Instituto De Segunda Enseñanza de la Habana, los cuales terminaría como estudiante destacado del Bachillerato, ya que ante la falta de recursos económicos familiares se perfilaba el inicio de la vida laboral de Martí.

En reuniones sociales en casa de su maestro, Martí se nutriría con los comentarios revolucionarios, independentistas y críticos de los personajes que participaban de las acciones y no tardó en tomar su propia postura, respecto a las injusticias y a las desigualdades de su época “ni mayordomos de raza ajena, ni mayordomos de nuestra raza”. Fiel a sus ideales peleó toda su vida con sus escritos y la acción. En las cartas a su familia se puede ver en Martí no sólo a un pensador y patriota reaccionario, sino a un hombre sensible y afectuoso capaz de aconsejar con ternura y humildad para Amelia una de sus hermanas redactaba: “Escríbeme sin tasa y sin estudio, que yo no soy tu censor (…) sin reparos ni miedos me parecerá más bella que una carta esmerada escrita con el temor de parecerme mal.-Ve: el cariño es la más correcta y elocuente de todas las gramáticas. Di ¡ternura! y ya eres una mujer elocuentísima.
Nadie te ha dado nunca mejor abrazo que éste que te mando. ¡Que no tarde el tuyo! Tu hermano. J. Martí”


El marcado temperamento y su reacción ante lo inmoral lo llevarán a la cárcel en dos oportunidades, aún no siendo culpable de los cargos que se atribuirían, debiendo cumplir penas tormentosas y crueles, seguidas del exilio a España.

En su vuelta a América recorrerá México, donde fue testigo del ingreso de Porfirio Díaz en la ciudad capital luego de derrocar al Presidente Lerdo. Su marcada posición política ante la toma del poder de Díaz lo dejó sin otra alternativa que marcharse del país, el nuevo destino sería Guatemala.


Formación y pensamiento de Martí

Desde muy joven escribió poemas, novelas, versos de amor y artículos periodísticos tales como Nuestra América (1883), en él se deja ver la indignación de Martí por los compatriotas que no tomaban conciencia de los tiempos tumultuosos que se vivían, tiempos que dice no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza sino con las armas en la almohada,“¡Estos nacidos en América, que se avergüenzan, porque llevan delantal indio, de la madre que los crió, y reniegan, ¡bribones!, de la madre enferma, y la dejan sola en el lecho de las enfermedades!”.

En “Mi raza” (1893) describe su visión de igualdad entre los hombres “El negro, por negro, no es inferior ni superior a ningún otro hombre: peca por redundante el blanco que dice: "mi raza"; peca por redundante el negro que dice: "mi raza". Todo lo que divide a los hombres, todo lo que los especifica, aparta o acorrala, es un pecado contra la humanidad”. Su sensibilidad por el dolor ajeno se remonta de niño al acompañar a su padre quien trabajaba en la Capitanía del partido de Hanábana, presenció el cruel trato a los esclavos. Años más tarde, el tema de la esclavitud comprometió el análisis de José Martí quien expresó:
“Yo se de un pesar profundo
Entre las penas sin nombre
La esclavitud de los hombres
Es la gran pena del mundo”.


Si bien el 13 de febrero de 1880, las cortes aprueban supuestamente la Ley de Abolición de la esclavitud en Cuba, la esclavitud continuó siendo en contrabando rentable; Martí fue uno de los promotores de una Cuba libre con igualdad de Derechos.

Con “Revolución en la enseñanza” en: El Salvador (1894) planteaba que el maestro debía ir a aquellos que no tuviesen los medios necesarios, planteando la necesidad de una educación ambulante, que promueva la igualdad de oportunidades.

Una de sus trascendentales e inspiradoras obras será “Abdala publicada en el único número de la revista Patria Libre en la que se presenta la invasión de un conquistador, aunque la obra transcurre en Nubia, se pueden ver rasgos antiintervencionistas. Martí tendría muy presente la posición de los Estados Unidos respecto a América Latina.

El primer presidio lo llevó a España entre 1871 y 1873 no solo fue testigo de la rendición de Napoleón III en Francia y al advenimiento de la República, sino de los fusilamientos de los jóvenes cubanos en su patria, su amigo Fermín Valdéz Domínguez librado del fusilamiento llegó a España también condenado al presidio. Para Agosto Martí se matricula en la carrera de Derecho Mercantil y Penal donde se recibiría de Licenciado en Derecho.
 
En Zaragoza obtiene el título de Licenciado en Filosofía y Letras. Se desempeñó como corresponsal de los diarios “La Nación” de Buenos Aires, “El Partido Liberal” de México, “La República” de Honduras, “La Opinión Pública” de Montevideo, entre otros.
Desde este rol le tocaría cubrir la ejecución de los anarquistas de Chicago el 1 de Mayo de 1887. Redactor y director de la revista “La América” de EE.UU., fue cronista para la Academia de Ciencias y Bellas Artes de San Salvador. También, desempeñó los cargos de Cónsul de Uruguay, Argentina y Paraguay en Nueva York y Presidente de la Sociedad Literaria Hispano – Americana.


“Es tan bella mi Carmen”

En su estadía en México conocerá a la cubana Carmen Zayas Bazán. Desde la redacción de la Revista “Universal” donde estaba empleado, la vio pasar en varias ocasiones y se enamoró de ella.

Carmen era hija de un rico hombre de negocios quien no vería con buenos ojos la futura relación. El primer encuentro de los jóvenes cubanos fue en un baile, sobre ella escribiría Martí un poema que llevaba el nombre de su enamorada:

“Es tan bella mi Carmen, es tan bella
Que si el cielo la atmósfera vacía
Dejase de su luz, dice una estrella
Que en el alma de Carmen se hallaría.

Y se acerca lo humano a lo divino
Con semejanza tal, cuando me besa”.

Se casaron el 20 de diciembre de 1877, en la parroquia Sagrario Metropolitano de México. Según recientes investigaciones, la alianza que llevaba Martí fue realizada por uno de sus amigos -Agustín de Zéndegui- con hierro de los grilletes que llevo en el presidio político.

El hijo del matrimonio José Francisco Martí y Zayaz-Bazán nació el 22 de Noviembre de 1878 en la Habana, pero un año después fue descubierta la conspiración que organizaba con el Movimiento y fue desterrado de nuevo a España.

En 1880 regresa a América y se establece en Nueva York, en la casa del cubano Manuel Mantilla. La situación económica de Martí era preocupante, pero igual toma la decisión de mandar a buscar a Carmen. Un par de meses mas tarde llega su esposa con su hijo, impaciente por los largos tiempos de ausencia del marido reclamaba tiempo y dedicación, al respecto Martí decía en una carta  “Cien puñales clavados en mi pecho, no me causarían el dolor… que me ha causado. Ciega, ciega para mí” haciendo referencia a su esposa. Pero las diferencias de visiones de la pareja hacen que para Octubre ese año, Carmen y el niño partan nuevamente a cuba.

El profundo amor que sentía por su hijo lo llevó a escribir ISMAELILLO publicada entre Marzo y Abril de 1882, los versos dejan ver el sentimiento de ausencia que provocaba la lejanía de su hijo. Dedica en el prólogo de la obra una carta para el pequeño José Francisco:
Hijo:
Espantado de todo, me refugio en ti. Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en ti. Si alguien te dice que estas páginas se parecen a otras páginas, diles que te amo demasiado para profanarte así. Tal como aquí te pinto, tal te han visto mis ojos. Con esos arreos de gala te me has aparecido. Cuando he cesado de verte en una forma, he cesado de pintarte.

Esos riachuelos han pasado por mi corazón.  ¡Lleguen al tuyo!
En los años siguientes Martí volvería a ver a su familia en pocas oportunidades, mediados de 1891 será la última vez que se reuniría con ellos. Pero su hijo lo recordará con gran admiración y afecto: “Papá yo te quiero mucho. Cualquier cosa que tú me mandes me gustará mucho. Mamá sabe que nunca pasa un día sin acordarme de ti. Dicen que soy tu retrato y estoy contento. Muchos besos de tu hijito. Pepe” Agosto 7 de 1886.

Tras su muerte, Carmen reclama el cuerpo del poeta para sepultarlo en el panteón familiar. Años más tarde al enterarse de la muerte de su padre con 16 años, se escapa en una expedición hacia Cuba y se incorpora como soldado en las tropas del General Calixto García, llegó al grado de Capitán y ocupo la secretaría de Guerra y Marina hasta 1921.


“Viví en el monstruo y le conozco las entrañas”

“La libertad cuesta muy cara y es necesario, o resignarse a vivir sin ella o decidirse a comprarla por su precio”. 
La situación política de su patria y su profundo sentimiento de libertad lo llevarán a presidir la comisión que dará origen al Partido Revolucionario Cubano el 10 de Abril de 1892. Considera que todos los sectores sociales del país deben participar.

La visión central propuesta para el Partido tendría como bases: ser libre de todo interés personal, una patria nacional cubana ni española ni yanquee, Martí tenía bien presente la naturaleza  y voluntad de los EE.UU. hacía referencia “al Norte, revuelto y brutal que nos desprecia” como una amenaza latente de la independencia, como se lo manifestaba a su amigo Manuel Mercado: “[...] ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber, de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los EE.UU. y caigan con esa fuerza mas sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy es para eso: viví en el monstruo y le conozco las entrañas”.

Martí sabía que se debían cortar de raíz los lazos del poder español en Cuba, para iniciar una transformación radical en pos de una nación libre y soberana, pero lo alcances de su sueño no se limitaban a las fronteras de la isla, pretendía que las Naciones americanas se emancipen de la influencia de los EE.UU. “La patria no es de nadie, y si es de alguien, será- y esto sólo en espíritu-, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia”. Martí fue testigo desde “las entrañas” de la desigualdad del sistema capitalista Norteamericano, del trato desigual e inhumano para con los inmigrantes, de la desocupación, la mala distribución de los ingresos y el hambre de los menos afortunados. “Diez de Octubre” será el soneto con el que recordase el suceso separatista del año 1868, en él se puede reconocer el profundo sentimiento de libertad e igualdad que lo acompañó toda su vida:                                

“No es un sueño es verdad: grito de guerra
Lanza el cubano pueblo enfurecido;
El pueblo que tres siglos ha sufrido
Cuanto de negro la opresión encierra”

El 10 de abril de 1892, Martí hace la proclama después de la Constitución del Partido Revolucionario Cubano (PRC), creado por él como el instrumento político necesario para emprender todas las acciones que condujeran a instaurar, en la Isla de Cuba, “una república justa” “con todos y para el bien de todos”. Luego del planeamiento de la guerra independentista durante los meses de Abril y Mayo de 1895, el mismo Martí junto con Máximo Gómez y Antonio y José Maceo. Maceo ordena a todos los oficiales rebeldes a "colgar todos los emisarios del gobierno español, peninsular o cubano, cualquiera que sea su rango, que se presente en nuestros campos con proposiciones de paz. Esta orden se debe obedecer sin vacilación de ninguna clase o sin la atención a cualquier indicación contraria. Nuestro lema es “triunfar o morir", y ese sería el destino de Martí cuando el 19 de Mayo de 1895 cae muerto en combate.  

1847 a los setenta y cinco años de edad. Sus restos fueron depositados en la Catedral de León en 1967.