Dirección General de Cultura y Educación

Exilio


Desde joven, Sarmiento participó de la actividad política como activo militante en oposición, primero, a Facundo Quiroga y luego, a Juan Manuel de Rosas.

Mineros de la zona de Copiapó – Chile. El triunfo de Facundo Quiroga en la batalla de Rodeo de Chacón, de la que Sarmiento participó como sargento mayor del ejército unitario, lo obligó a huir hacia Chile en 1831 junto a algunos compañeros que fueron quedando en el camino.

Luego de mucho peregrinar llegó acompañado de cuatro soldados al poblado de Putaendo, donde recibió el apoyo del gobernador Domingo Sarmiento, un homónimo familiar lejano. Luego de algunas discrepancias con su pariente, viajó hacia Santa Rosa de Los Andes, donde pudo instalarse algún tiempo con el auxilio de algunas respetables familias que le encomendaron el manejo de la Escuela Municipal.

Se desempeñó como maestro de primeras letras y comenzó a desarrollar el método silábico -cuyo uso aconsejaría más tarde en algunos escritos- y lo comparó con las cartillas en uso y el deletreo memorizado. La puesta en práctica de su método sin autorización del gobernador de Los Andes, provocó que lo despidieran del empleo. Ante esa situación marchó a Pocuro. Allí alquiló un local y con unos pocos muebles montó en su casa una escuela. Pero, al poco tiempo, se dirigió a Valparaíso y trabajó como dependiente en un comercio.

Trabajo en el interior de una mina en el siglo XIX En 1832, Juan Godoy descubrió las minas de plata de Copiapó que durante cinco décadas fue la tercera mina de plata más importante del mundo. Seguramente, Sarmiento tentado por las historias que se narraban resolvió instalarse allí.

Sarmiento consiguió empleo en la mina La Colorada que era explotada por el general Vega, su ex jefe militar de batalla de Niquivil. Pronto llegó a capataz de la mina y a ocupar un lugar destacado en la comunidad minera.

En algunos apuntes que escribió sobre minería relató que el minero vivía entre riscos áridos que se encontraban a mucha distancia de cualquier población, sus compañeros eran la naturaleza salvaje, la soledad y el silencio que sólo se era interrumpido por el estampido del estallido de las moles de piedra que habrían sus surcos para descubrir el tesoro que la tierra sabiendo que esa actividad de alto riesgo enriquecería a otro más afortunado: el propietario.

Describió a los mineros como hombres duros, embrutecidos por el penoso trabajo que los inhibe del contacto con la mujer, con personas con otras experiencias; hombres sin religión y por ello, supersticiosos, inmorales y atraídos por las pasiones.

En 1836, Sarmiento sufrió un ataque cerebral y regresó a San Juan para recibir el cuidado de su madre y su hermana, a partir del cual pudo recuperar la salud.

En San Juan, fue docente y periodista hasta que sus ataques contra Juan Manuel de Rosas lo llevaron, en 1840, nuevamente al exilio chileno. A partir de este nuevo exilio se granjeó un espacio de privilegio, tanto en el periodismo como en la posibilidad de influir en el desarrollo de la política educativa del país. Publicó artículos en el periódico Mercurio de Valparaiso y en El Progreso de Santiago de Chile.

Manuel Montt Siendo Manuel Montt Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública durante la presidencia de Manuel Bulnes, fundó en 1842 la primera Escuela Normal de Preceptores de Hispanoamérica y la segunda de América -teniendo en cuenta la creada dos años antes en Massachusetts, Estados Unidos- y le asignó a Sarmiento su dirección y en 1843 se lo nombró miembro de la Facultad de Filosofía y Humanidades, cuyo rectorado ejerció Andrés Bello.

Según lo ordenaba la ley de creación de la Escuela en su art. 2º: "[...] se enseñarán los ramos siguientes: leer y escribir con perfección y un conocimiento completo de los métodos de enseñanza mutua y simultánea; dogma y moral religiosa; aritmética comercial; gramática y ortografía castellana; geografía descriptiva; dibujo lineal; nociones generales de historia y particulares de la de Chile".

Andrés Bello  (1781-1865) Bello y Sarmiento polemizaban acerca del cuidado y el uso del lenguaje a través de artículos periodísticos que se publicaron durante algo más de un año.

Sarmiento concebía al idioma como parte del legado español y lo rechaza en cuanto figura de una herencia de atraso, de imposibilidad de desarrollo, de depresión de las potencialidades productivas de un continente joven que acababa de salir de las convulsiones de la Independencia. Rechazar el idioma español implicaba re rechazar el rol dependiente e improgresivo que la metrópolis le asignó a la América del Sur.

En cambio, Bello exaltaba lo “castizo”, porque encontraba un hilo de continuidad entre la historia colonial y la etapa independiente, se trataba de alguna manera de institucionalizar el saber americano a través de su idioma.

Estas discusiones en las columnas periodísticas que denostaban al gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, quien estaba a cargo del manejo de las relaciones exteriores de las Provincias Unidas del Río de la Plata, le generaron a al presidente de Chile algunas complicaciones diplomáticas, razón por la que el ministro Montt decidió enviar a Sarmiento de viaje por el mundo para que realizara estudios sobre cómo se desarrollaba en diferentes países las actividades educativas.

Entre 1845 y 1848, recorrió Francia, España, Italia, Holanda, Alemania, Rusia, parte del África, Estados Unidos y Cuba.

A su regreso, tuvo ocasión de aplicar en la Escuela Normal de Preceptores las ideas modernas de pedagogía que había conocido a partir de sus viajes.

Hacia 1852, en vísperas de la batalla de Caseros regresó a su país para incorporarse al Ejército Grande dirigido por Urquiza.

Desde ese momento desempeñó una incesante actividad política, diplomática, periodística en Argentina y en 1887, cuando su salud lo fue abandonando decidió marchar hacia su autoexilio en el Paraguay donde falleció el 11 de septiembre de 1888.

Su estadía en Chile le había brindado la posibilidad de insertarse en el ámbito periodístico y académico universitario; de recorrer buena parte del mundo conociendo culturas, idiomas, economías, formas educativas, en fin, realidades diferentes; conocer y polemizar con personajes del mundo intelectual como Andrés Bello, de quien lo invitamos a profundizar en su pensamiento a través de uno de sus escritos en el periódico El Araucano y personajes de la política como Montt, a quien Sarmiento le dirigió una serie de cartas durante su estadía fuera de Chile. A continuación incorporamos cartas al Ministro y a su hermana Bienvenida, dándole la noticia de su partida al Paraguay.

Las Repúblicas Hispanoamericanas
Carta a Montt
Carta a Bienvenida Sarmiento